Alemania se prepara para la guerra, y Europa?
Es evidente que revivimos una guerra fría con Rusia, la sucesora de la antigua URSS. Esta vez por la guerra en Ucrania, la invasión de Crimea y el riesgo de una expansión rusa a otros territorios de ex repúblicas soviéticas. Las amenazas de Putin además contra los países de la OTAN que cada vez prestan más ayudas y asistencia militar a Kiev, se convierten en el desafío más grave desde la caída del imperio ruso con la glasnost y perestroika.
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Estos días Berlín acaba de anunciar que en el 2026 estacionará misiles nucleares norteamericanos tipo Tomahawks en suelo germano de medio/corto alcance como respuesta al despliegue supuesto de Moscú de misiles de largo alcance que podrían perfectamente destruir objetivos de la OTAN en Alemania y otros países como respuesta al rearme occidental de Ucrania. Estos misiles rusos con un radio de alcance de unos 2.000 Kms estarían estacionados en Kaliningrado, la antigua Prusia Oriental (Köningsberg), que tras la II Guerra Mundial se anexionó la antigua URSS como compensación por aniquilar el nazismo y desde entonces forma parte de su territorio limitando con la frontera polaca y lituana.
Como en la primera guerra fría de los años 80 con el estacionamiento de los misiles norteamericanos Cruise y Pershing en la RFA que dio origen entre otros al partido ecopacifista Los Verdes, en la actual guerra fría Alemania se vuelve a rearmar porque al parecer teme una escalada militar no declarada de Rusia contra Occidente por la invasión de Ucrania. La versión oficial del canciller alemán Scholz (SPD) en Berlín es que suplanta temporalmente la falta de misiles europeos de corto alcance que ya se han comprometido oficialmente a fabricar en breve 4 países: Francia, Polonia, Italia, Alemania.
La pregunta pertinente es, Alemania se prepara para la guerra, pero ¿Europa también? En España, que rara vez presta interés en cuestiones de geopolítica internacional abrumado por sus bagatelas ideológicas domésticas, tampoco parece preocuparle el asunto de un posible estallido bélico. Al contrario, el gobierno de Sánchez es criticado en el seno de la OTAN por algunos aliados por prometer ayudas militares a Ucrania que no terminan de llegar, o incluso de haberse comprometido públicamente a elevar al 2% del PIB el gasto de Defensa y constatar el notable retraso que lleva por falta de presupuestos (PGE).
Hasta hace bien poco, la Europa de la OTAN había contado en sus últimos 75 años de historia con la protección incuestionable de los EE.UU. Sin embargo, la probabilidad de que Donald Trump gane nuevamente las elecciones presidenciales norteamericanas en noviembre dará casi seguro con un giro de 180° a la política de defensa de la OTAN. Que Sánchez además siga incumpliendo su compromiso de elevar el gasto militar como otra de las muchas promesas incumplidas, puede llevar fácil a la conclusión que España no cuenta en sus escenarios con una escalada militar por parte de Rusia a diferencia de otros aliados, como Alemania, las repúblicas bálticas, Polonia, Suecia o Finlandia entre otros. Todos estos aliados están haciendo un sobre-esfuerzo de rearme en vista a que pese a la diplomacia y las sanciones internacionales contra la Rusia de Putin no están dando los resultados esperados tras más de 2 años de guerra y genocidido en Ucrania. Al contrario, la beligerancia rusa se amplía sobre otras latitudes del planeta.
Los socios anti-OTAN de Sánchez en el gobierno, la doctrina del multilateralismo de nuestra diplomacia que ya no se estila en la agenda atlántica y las decisiones unilaterales de España sin consensuar entre los aliados (como en el caso de Israel, Palestina, Marruecos, Argelia y los nuevos conflictos con naciones hermanas tipo Argentina), acarrearán de seguro un serio perjuicio al país unido a la falta de efectivos defensivos (propios y ajenos) en caso de un estallido mundial.
El nuevo despliegue de misiles americanos en suelo alemán a partir de 2025/26 es evaluado en Moscú como una seria amenaza para su seguridad, así como el ingreso de Ucrania en la OTAN. Lo que parece seguro es que Putin seguirá hostigando a Occidente no con una guerra convencional sino con todo tipo de instrumentos cibernéticos, fake news, olas de refugiados y financiando nacionalismos europeos como el catalán, de partidos radicales y grupos anti-sistema tipo AfD, Podemos/Sumar, Bildu, etc. Antes de llegar a las armas, habremos sufrido en la vieja Europa y en España en particular -como uno de los países más vulnerables por falta de prevención y trifulcas internas de la coalición-, graves crisis internas y amenazas. Como el presunto complot descubierto e intento de asesinato en suelo germano contra el jefe del mayor fabricante de armamentos en Europa, la alemana RheinMetall.
En caso de guerra real y sobrevuelo de cruceros nucleares sobre nuestras cabezas, ya sea desde territorio ruso o libio donde también Moscú ha estacionado misiles contra el sur de Europa, España ha puesto en máxima alerta sus servicios de información, sin saber que hasta las cuestiones domésticas más trascendentales pueden ser relegadas a segundo plano por fuerza mayor. Entonces sufriremos en propia carne los años de tanta desidia política. @IgnacioSLeon
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