jueves, 25 de abril de 2024

La dictadura de la corrupción

La corrupción se ha vuelto  tan democrática  en España que ya llega a casi todos los rincones y beneficia a cada vez más tipo de gente en los partidos, instituciones y medios, mutilando los mecanismos que la combaten. 


#corrupción #democracia #divisióndepoderes #partidos #moralinmoral


Éramos algunos muy pequeños cuando España salió de una dictadura y dió paso a una democracia. Lo que todo parecía que iba a ser progreso, de repente se torció porque hizo acto de presencia otra dictadura: la de la corrupción. Afecta ya a todos los ámbitos y partidos del arco parlamentario hasta institucionalizarse como estado conveniente de derecho. Un bando y el otro y el de más allá no pueden tirar la primera piedra ni presumir de estar libre de pecado. Algunos aparecieron para regenerar la democracia y se volvieron cómplices de su degeneración.


Se ha saqueado tanto los poderes, las leyes, las arcas  públicas, los medios y hasta la paciencia de los contribuyentes que ya asumimos con naturalidad cualquier escándalo que fatigaría en cualquier país de Occidente. Puede que hayamos abandonado hace tiempo Occidente y pertenezcamos al hemisferio Sur del tercer mundo. 


Porque convendrán conmigo que de primer mundo no tiene nada cuando la mujer, el hermano, el padre, el suegro y hasta el mismo presidente del ejecutivo,  esconde unos presuntos chanchullos  hasta la mitad de sus ministros en distintas causas que con suerte se aclararán, no aquí sino en Europa.  Negarse a ser transparente también forma parte del manual del corrupto.


Es cierto la presunción de inocencia, pero aunque se demuestre la capacidad de dolo y afán de lucro con dinero ajeno -como en el caso de los EREs de Andalucía- la responsabilidad del primer ministro no ceja porque para eso nos gobierna.


La mera sospecha de corromper todo a su paso y traicionar la confianza de la sociedad sería motivo suficiente para que se accionara el freno de mano y se asumiese responsabilidades políticas y éticas aunque tarde en llegar la absolución o la condena judicial sin distinción del color politico. En esto nos diferenciamos del hemisferio norte. Porque hace tiempo que traficamos y trapicheamos con la democracia, con la falta de transparencia y con hasta el mismísimo diablo admitiendo que mientras el dinero robado de las arcas del Estado no sea para provecho propio no es corrupción, mereciendo el indulto y la absolución.


Mucha tinta hemos gastado contra la dictadura del pasado. Poca sin embargo contra la dictadura de la corrupción, que se ha vuelto tan democrática  que ya llega a casi todos y beneficia a cada vez más tipo de gente sin distinción de condición política, familiar, institucional o sindical. Si el bipartidismo trajo la corrupción, no digamos el multipartidismo que lo ha multiplicado con tanta variedad de socios (desde los  de la hoz y el martillo, golpistas, indepes, nacionalistas, xenófobos, hasta revisionistas históricos  y pro-etarras), ansiosos de asaltar las cuentas del reino en nombre de aplicar supuestas políticas sociales,  de género o de memoria histórica que parece justificarlo todo.


Esto no es vida si nos vemos abocados a la lenta corrupción de la convivencia social. ¿Hay alguien a salvo? Las estatuas de los leones bruxistas a la entrada del Congreso, tal vez. A parte de vivir en una dictadura también lo hacemos en la decepción de la corrupción y en la ausencia  de los mecanismos de control para que actúen con total imparcialidad. Como decía Vaclav Havel, ex presidente de la República Checa y ex activista contra la dictadura de un régimen comunista disfrazado de  “Socialismo de rostro humano”: “Si la política es corrupta y sucia, efectivamente la convierte en corrupción”. España no es una excepción, ni en corrupción ni en ausencia de  celo democrático.  @ignacioSLeon



domingo, 21 de abril de 2024

 Turismo in-sostenible en España


Fundarena


¿Cuándo haremos los deberes? Merecemos un debate público urgente


Las recientes protestas en Canarias contra el turismo de masa debería abrir inmediatamente el debate público en España sobre su primera industria que parece condenada al fracaso por éxito. A las Islas Canarias se prevén para este año  14 millones de turistas  frente a una población de unos 2,5 millones de canarios. Y al conjunto de España cerca de 90 millones casi duplicando los habitantes actuales.


¿De verdad está España está en condiciones de asumir tal cifra desmesurada de visitantes extranjeros por el simple hecho de apostar todos los huevos de la economía  a la misma cesta del turismo cuyo PIB representa ya el 13%? Ya lo veníamos advirtiendo algunos en el pasado que esa espiral ascendente es insostenible desde todos los puntos de vista, en especial social, eco-ambiental, habitacional y hasta laboral, entre otros.


A la persistente sequía, la falta de agua tanto  en Canarias como en buena parte del país, se le une las zonas altamente sobretensionadas por la escasez de oferta habitacional para los lugareños que tienen la desgracia de residir en zonas turísticas como Baleares, Canarias, y cada vez más en la Comunidad Valenciana, Andaluza y Catalana. Mientras, la España vacía no hace más que despoblarse.


No puede ser que a los ya de por sí empleos precarios en hostelería y turismo con falta de mano se tenga que compensar con trabajadores de otras partes de España sin poder costearse una vivienda temporal y estén abocados al pauperismo habitacional en forma de caravanas, tiendas de campaña u ocupación de  edificios en construcción abandonados para pasar la temporada, al mismo tiempo que se disparan los alquileres para los residentes autóctonos por favorecer los pisos turísticos en el centro de las ciudades.


Durante decenios y generaciones, las autoridades de España y del sector no han hecho sus deberes y obviamente han optado por el dinero fácil sin reinvertir en elevar de categoría sus plazas primando la cantidad sobre la calidad. España podría ser perfectamente destino para un número muchísimo menor de turistas de lujo que estuvieran dispuestos a pagar más por una mejor oferta y servicio de alta calidad durante su estancia. Eso requeriría una reconversión del sector que nos da alergia, nuevos planteamientos y cambiar paradigmas anclados en el pasado.


En su lugar, nuestra ventaja competitiva, como en muchos otros sectores de la economía española, se basa en los precios bajos y en una  calidad justa, con el consiguiente riesgo doble. Por un lado, que muramos de éxito y ahoguemos a la gallina de los huevos de oro por hacer insostenible tantos millones de turistas en una  España de recursos limitados, agravando los problemas anteriormente apuntados. Y por otro, que siempre salgan nuevos competidores con precios más bajos y arruinen también nuestro negocio por falta de competitividad. Un susto ya nos lo llevamos en tiempos de la pandemia.


De la misma manera que restringimos la entrada de un cupo determinado de turistas a ciertas playas (como por ej.: Las Catedrales en Lugo) para evitar problemas de saturación y de riesgos ecológicos, España debería plantearse seriamente reducir drásticamente esas cifras récord de llegadas de turistas año a año porque no se puede tensionar aún más la cuerda a los residentes locales y porque en algún momento tendremos que dejar de procrastinar y reparar el impacto ambiental del turismo masificado que está ocasionando sobre el suelo, aire y aguas. 


De qué nos sirve presumir de ser nuestra principal industria y motor de la economía española si los costes de reparar el daño ambiental y de reponer los recursos naturales, tienen un monto incalculable ya hoy en día, amén de otros muchos problemas sin afrontar de tipo social, residencial, ruidos, desechos, agudizados con el cambio climático y la sequía.


Los empresarios del sector, la industria y las autoridades deberían sentarse urgentemente para plantearse el futuro a largo plazo de España como destino turístico. Más vale preservar nuestro patrimonio ecológico ya de por sí muy dañado y apunto de generar una catástrofe irreversible a falta de exprimir los pocos parajes naturales ajenos al turismo de masa, y definir un nuevo modelo productivo pendiente desde hace tiempo junto con una mayor diversificación en otros sectores estratégicos  (renovables, industria, asistencial, agrario, etc). 


Pensar como en el siglo pasado que se puede ser competitivo vía precios bajos y por tanto masificando ciudades, poblaciones y calles de turistas a todas horas, está visto que no es la solución. Por cierto, ese mismo planteamiento podríamos trasladarlo a otros productos que exportamos con el sello “Made in Spain”. Pero eso es motivo de otro debate, me temo. @IgnacioSLeon


miércoles, 17 de abril de 2024

Los aliados se hacen un lío con la razón de las guerras


 Hemos asistido hace escasos días al ataque de Irán contra Israel y el disparo de unos 350 misiles y drones armados que fueron  interceptados gracias a la ayuda y empleo de  sistemas antibalísticos de los aliados. A saber: EE.UU., Reino Unido y Francia, que no han dudado en defender el territorio israelita. Al final, las tres partes se han felicitado por el éxito de la operación. Como si apuntar a matar fuera motivo de regocijo. El Gobierno de Teherán por cumplir su venganza y desahogarse con tanta metralla. El Gobierno de Tel Aviv por detectar el 99% de los misiles y drones iraníes sin provocar bajas humanas ni materiales. Y los aliados por haber contribuido con su intervención logística-militar a impedir la escalada de la crisis en Oriente Medio ahorrando vidas humanas.


Debe ser el primer conflicto bélico en el que las partes implicadas (buenos y malos) salen satisfechas de una incursión militar. Hay que esperar que la escalada no se reproduzca con una nueva venganza de Israel contra Irán para reparar  el daño moral del ataque. Hay quien dice también que el ataque de Irán contra Israel ha sido un enorme error geopolítico, porque al final le ha hecho un favor a Netanyahu visto ahora como víctima pudiendo  éste proseguir su campaña contra los terroristas de Hamás en Gaza para liberar a los rehenes judíos.

Pues bien, llegados a este punto, es lógico que en Occidente algunos nos preguntemos (y yo me he permitido hacerlo personalmente en redes sociales a los mandatarios Biden, Sunak, Macron así como a la OTAN y la sra von der Leyen de la Comisión Europea , y por ende al canciller alemán Scholz) si esa coalición defensiva contra el régimen islámico de Irán no podría emularse igualmente para acabar con el genocidio de la Rusia de Putin en Ucrania. Como era de esperar ninguno ha respondido a mi apelación. Tampoco esperaba otra cosa que el silencio.

Tampoco respuesta de la embajadora alemana en Madrid cuando se le preguntó por el compromiso de los aliados con Israel y la ausencia de la “Staatsräson” alemana. En el pasado en solemnes intervenciones en el Bundestag en Berlín (parlamento federal), tanto la anterior canciller Merkel como el actual apelaron a la “Staasräson” en su incondicional defensa de Israel. Esa “Razón de Estado” tiene su explicación en el holocausto cometido durante la II Guerra Mundial contra seis millones de judios exterminados por la Alemania nazi. Tanta proclamación por parte de Berlín de su  defensa vehemente de Israel pasaría -llegado el caso- supuestamente por  mandar  soldados de la Bundeswehr (ejército federal) a suelo israelita y combatir cualquier tipo de amenaza internacional. Sin embargo en los ataques de Irán contra Israel los aliados en Occidente echaron de menos la contribución de la RFA  y la aplicación de su “Staatsräson”. 

Al contrario, el canciller Scholz prefirió emprender horas previas un viaje de negocios a China con una suculenta delegación de altos ejecutivos del DAX para ahondar sus relaciones comerciales con el régimen chino y firmar acuerdos de inversión recíproca. Un régimen chino por cierto que la propia ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock (Los Verdes), calificó en una entrevista  a la cadena norteamericana de TV Fox News  el pasado otoño al presidente  chino Xi Jinping de “dictador”. Tal vez haya sido la mayor torpeza diplomática cometida de  la actual coalición tricolor de socialdemócratas, verdes y liberales capitaneada por el canciller Scholz (SPD). Pekín no tardó en tildar de “extremadamente absurdas” el piropo desatinado de la ministra germana ecopacifista intentado quitar hierro al asunto. 

Baerbock llama dictador a Jinping pero no le impide a su gobierno emular la misma política de “Wandel durch Handel” (buscar el  cambio político a través del intercambio económico) que cometió Merkel con Putin cuando decidió que la industria alemana dependiera del gas ruso a pesar de la invasión de Crimea en el 2017 y la posterior invasión en el 2022 del resto de Ucrania. La Staatsräson germana se aplica cuando conviene, según la doctrina Scholzing y sin impedir que se negocien contratos multimillonarios con el “dictador” chino para asegurar los mercados a la industria teutona. También ya hizo lo propio Berlín cuando se levantaron las sanciones internacionales contra Teherán en el 2016 apresurando a su industria a llevarse una buena parte del pastel en la reconstrucción del país islamista que odia Occidente y tiene atemorizados a EEUU y  Europa con su yihad. 


Será que uno se hace mayor y entiende cada vez menos la moral inmoral de muchos de nuestros estrategas contemporáneos en la defensa condicional de los más débiles. Israel sí, pero Ucrania no. Tampoco dudan en tildar -un día sí y al siguiente no- de dictadores y/o terroristas a Putin, Ebrahim Raisi y su guardia revolucionaria en Irán, o al presidente chino Jinping pero aceptando la torpeza geoestratégica de volver a  depender económicamente de China de casi todo en Occidente como ocurrió con la pandemia o con el gas ruso.

A todo esto, un presidente español Sánchez en su guerra particular a favor de reconocer Palestina mientras con su postura ahonda la división de la UE en Oriente Medio. La única “Staatsräson” de Sánchez parece desviar la atención por los  escándalos de corrupción del PSOE y su esposa Begoña con su gira internacional aunque disguste a los aliados y sus proxys,  con tal de aguantar un poquito más en La Moncloa. Ni cumple con Europa, ni con la OTAN, ni con Ucrania ni con Gaza ni con pacificar Oriente Medio. Y es que en las guerras, que ya hemos convertido en commoditiesno hay victoria si no hay un vencido. Por eso ni dignidad tenemos. @IgnacioSLeon 

#Staatsräson, #Irán, #Israel, #OrienteMedio, #guerras, #Putin, #Ucrania, #Alemania, #OTAN

sábado, 6 de abril de 2024

 Tinta de calamar

Fuente: El Faro de Melilla


#corrupción #convolutos #cortinas de humo #comisiones de investigación #dinero público #fundraising


Es conocido que los cefalópodos como el calamar o el pulpo expulsan tinta cuando se ven acechados por un peligro en el mar para ocultarse y salir huyendo. Pues bien, esta táctica ya era empleada por muchos regímenes dictatoriales en el pasado que se emula en el presente para ocultar y desviar la atención de algún problema serio. Así lo hacía Julio César, Hitler en la Alemania nazi, la España de Franco o todos los dictadores comunistas en el Este de Europa, por no hablar de las actuales narcodictaduras latinoamericanas.


En la actualidad la tinta de calamar es la técnica empleada a menudo por el gobierno socialcomunista al mando del Superjefe para crear cortinas de humo sobre  casos de corrupción en el PSOE con implicaciones de La Señora y de la mitad de los ministros. O cuando las cosas se le tuercen -desde que tumbaron al gobierno de Rajoy en una moción de censura legítima por corrupción- y ahora pretenden tapar la suya propia haciéndonos creer que no es corrupción. 


Así se entiende la tinta artificial expulsada con la visita inesperada  estos días al Valle de los Caídos para hacerse una foto junto a la fosa de las víctimas de la guerra civil y volver a criminalizar a Franco por enésima vez pese a estar 50 años muerto. Como también la gira recurrente del jefe del gobierno español a varios países árabes para evitar que medios, instituciones y clase política  hablen a diario en casa de los escandalosos trapicheos de la señora cónyuge, los convolutos del partido y evitar tener que dar la cara. 


La tinta de calamar es el recurso empleado a menudo no solo para pigmentar  ciertos platos culinarios sino también para embellecer el “y tú más” a todos los embustes del pasado: pandemia, expertos, gobernar con Podemos, Bildu, indultos, rebajas de la sedición, la amnistía y hasta el referéndum, entre otros. En otros para disparar repetidamente en una semana contra Ayuso, MAR, Feijóo, Aznar, Rajoy,  el PP, VOX, la derecha, la extrema derecha,  la derecha extrema (con la excepción de la catalana), la derecha reaccionaria, etc haciéndolos mancomunadamente con Franco responsables de todos los presuntos delitos de desfalco al reino de España.


Hay ya varias causas que investiga la Fiscalía europea y que afecta incluso a la segunda autoridad del Estado como es la presidenta del Congreso, Francina Armengol por el presunto uso fraudulento de fondos europeos en la compra de mascarillas. Como buena degustadora del marisco  entre sus correligionarios de partido, sabe lo difícil que es pescar un calamar con caña.  Y a medida que se descubren nuevos casos de estafa del dinero público y se inyecta tinta para ocultar la contundencia de la corrupción que tanto combatían en tiempos de Rajoy -pero toleran en tiempos de la amnistía, el referéndum y la reactivación del procés tras los reiterados  batacazos electorales-, no se escatiman esfuerzos en general por agitar al calamar para desviar la atención sin asumir  ningún tipo de responsabilidad política y penal como exigen al resto de sus  adversarios políticos.


En la ajetreada marejada de la vida política de estos días, hay  quienes exprimen al pulpo exigiendo la dimisión de una política porque la pareja tiene un conflicto con Hacienda antes de conocerse. ¿Y quién no lo tiene? Y sin embargo esa regla de tres no se la aplica el gobierno, el partido, sus ministros y sobre todo el jefe del ejecutivo como máximo responsable y su cónyuge por mangonear presuntamente del erario público de forma descarada cuantías multimillonarias. ¿Tendrá alguna relación con el calamar? Pero hemos conocido que algunos de los más afectados por la trama PSOE han amasado tal fortuna en tan corto periodo de tiempo (emulando supuestamente a Rubiales) que  ya van a gozar de mansiones de lujo, alguna  pagada a tocateja. 

 

Para tapar los convolutos con fondos públicos se magnifica el recurso hiperventilado del calamar y su tinta con objeto de obnubilar e hipnotizar a la opinión pública. Luego está la “astucia” del jefe de la oposición al negarse a citar a la primera dama a declarar en la comisión de investigación del Senado “porque no es mi estilo”, y traga con que citen en la del Congreso a otra pareja que tampoco es política. Con tanto estilo, los españoles empiezan a dudar que algún día vuelva a La Moncloa.


Pero al paso que vamos y tan reiterados intentos por  ocultar el fundraising del pulpo en la nevera que tanto incomoda la realidad a los políticos, parece fácil imaginar que ya no queden en alta mar calamar ni tinta suficientes para escapar de las fauces del pez grande. Y es que como diría en otro contexto el poeta Juan Ramón Jiménez: “con tanta tinta es imposible escribir más delitos”. @ignacioSLeon