lunes, 2 de septiembre de 2024

 Piña invertida



#Mercadona #ligar #MinistroCultura #YolandaDiaz #dircomPSOE


En plena era digital para los simios del planeta, en especial los políticos analógicos, ya no se liga en los yates de lujo ministerial, en Tinder, FirstDate, AdoptaunTio o como se llame. Los hay que han ligado cátedra y fortuna en un pis pas sin rendir cuentas. Ha saltado ahora a escena un plató nuevo en España: Los super de Mercadona, con la consigna de una piña en el carrito bien visible para que se sepa que buscas rollito. Pero invertida, que no se confunda con la Sra Paz de turno que va a hacer acopio diario de vitaminas. Las citas, de 7 a 8 de la tarde, para que si no se liga de verdad al menos liguen cola en las cajas de pago antes del cierre  sin hacer demasiado el ridículo. 


Alguna pasa antes por la pelu, deja el cómodo chandal de rebajas y se engalana con un vestido de ópera bufa con el móvil en la mano para disimular. El ligón pasa de todo. Va con lo que le salió de la entrepierna cuando despertó apresuradamente por la mañana y desde entonces apura la jornada con lo puesto. Si alguno huele a azufre, tiene remedio: pasar por la sección de perfumería y hacer “fisfis” con discreción en la camiseta sudada y entre los bucaneros calzados. Que no se diga, que la crisis del aceite de oliva ha hecho mucha mella en las relaciones sociales. Ya no es como antes que se ligaba en la discoteca con las luces apagadas o en la pista haciendo el ganso galán. Ahora a plena luz fluorescente porque los Leds aún no han llegado a todas las secciones pateadas por las MercaDonas y los MercaHomes. La duda que nos asalta a los ligones es en qué sección del super hay que ponerse a tiro con la piña colada. Y si sólo te llevas la fruta, ¿necesitarás igualmente un carrito familiar? ¿Hay santo y seña? 👍

  • Mi piña pesa medio kilo y la tuya?

  • Uff… la mía es de Canarias.

  • Ah mira, es mi ilusión visitar Palma. Dicen que está enorme la sobrasada de allí.


En otros casos, se está dando la circunstancia de gente muy suya que deja sus bragas escondidas a la vista como souvenir en una estantería. Nadie ha reportado que los gallumbos también estén tan cotizados. Pero todo llegará en este mundo igualitario y de cuotas inclusivas. Dejará de hacer gracia cuando no se distinga el género. Pero oiga, que hagan la compra como quieran: con o sin bragas. A mí ni fú. ¿No lo hacen con una piña inocente que no tiene pulpa?. Al que pillen con el tanga en casa, siempre tendrá la excusa de haberlo hallado fortuitamente en la bolsa para la repostería del super, no del sexshop. A otros ni eso. Los super del dictador  Maduro vacíos y lo máximo que pueden ligar es un disparo por saltarse la cola o la cárcel por protestar como hacen los buenos sátrapas. Dudo que allí dejen el tanga así tan a la ligera, porque con las cosas de comer no se juega. En España jugamos a todas horas. Salimos a la calle para ligar en el super, ir a los bares a dejarnos los cuartos, simpatizar con Hamas y festejar el día del orgullo con la piña abierta. Pero nos cuesta tomar las calles para protestar por las mentiras de los gobernantes, la falta de viviendas, contra tanta corrupción institucional y el abuso de secretos de Estado. 


Somos de tragaderas grandes. Lo fuimos, por seguir en el ramo, con el aceite de oliva disparado aún siendo potencia mundial. Pero también  lo demostramos en las urnas, en los degüellos casi a diario de herejes cristianos, en los privilegios penales a extorsionadores, el concierto catalán y en el desgaste del soffing como disciplina olímpica para bajar peso de la que tanto sabe el académico-comunista Antón Losada. Pobre piña, pobre fruta. Agotarán las existencias como la vicepresidenta Yolanda Díaz para dar de comer en su ministerio por todo lo alto -también lo hicieron con las mascarillas al mando de Abalos e Illa- y habrá que rifar entonces el lacón ahumado. Infalible al menos contra los machetes moritos dentro del establecimiento aunque se le quiera reconocer el “derecho a delinquir”.


Se me antoja: ¿Cómo ligarán los españoles en horario reducido cuando se extingan, nos invadan los 250.000 mauritanos circulares junto a los millones ya en lista de espera y comamos carne halal rehuyendo del ibérico para “no provocar” ? Le echaremos imaginación que es lo nuestro. Hasta ese día, mientras los  piñatas adultos perfeccionan el arte de ligar en el súper y chupar piña, y miserables como el dircom del PSOE se cachondea de los que les okupan sus casas, 




a los peques los vamos a meter por capricho del ministro de Cultura en el cine en tiempo lectivo para compensar la caída de taquilla de películas subvencionadas. Solo falta que el de Consumo avale que los jubilados de este país hagan sus compras en los Mercadonas en menos de 30 minutos como hacen ya algunos bares catalanes para evitar ocupar pasillo por los lineales y plaza de parking demasiado tiempo sin consumir. @IgnacioSLeon


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