La humanidad tiene muchos enemigos naturales e imaginarios. La vida se nos va combatiendo y no en pocas ocasiones innecesariamente. Que nos lo pregunten a los hispanios, que parece desde la época de los Reyes Católicos y la Santa Iglesia católica no hayamos dejado de expeler a enemigos ficiticios, y a dividirnos, combatirnos y a mortificar la intolerancia hasta nuestros días. Sin embargo, no pretendo hacer aqui un discurso histórico, sino referirme a un enemigo invisible y al que muy poca atención prestamos. Se trata del polvo, sí del polvo doméstico, cuyos niveles en los núcleos de población y hogares es especialmente significativo. No soy científico ni dispongo de instrumentos de medición, pero creo no exagerar si afirmo que en menos de 1 año los niveles de polvo que observo en mi entorno puede haber ascendido un 300%. Hay estudios que parecen cifrar entre 2.000 y 3.000 millones de Tm de polvo acumulado anualmente en la atmósfera. Solo en Africa ciertos entendidos sostienen haberse multiplicado por 10 la producción de polvo en el último medio siglo.
Lo llamo enemigo invisible porque tales cantidades expuestas a la salud y conviviendo día y noche, deben estar provocándonos todo tipo de patologías y males orgánicos que solo los doctos sabrían enumerar mejor que yo. Como si de un vitriolo o veneno se tratara nos está atacando silenciosamente y muy pocos alzan la voz. Y no es que estemos expuestos a mayores fuentes de contaminación. Por lo que a mi modesto caso particular se refiere, sí he observado su incremento (casual o no) con la tala y desaparición natural de la población árborea cercana a mi domicilio.
La pregunta inmediata: ¿ el polvo doméstico tiene una relación directa con el cambio climático, con la mayor actividad productiva en otras zonas del planeta, o la proliferación de agentes tóxicos? ¿Podría tener su origen global en el Chad o en el centro de Africa como parecen apuntar algunos satélites? ¿Cuántos enfermos y enfermades se pueden haber registrado a causa del polvo en suspensión y determinados microbios desde por ejemplo los inicios del siglo XXI? Desconozco si existe alguna institución preocupada en estudiar el tema, pero en el caso de España no me consta que algún estamento público haya tematizado sobre esta preocupación y emprendido campañas de "prevención" -un aforismo de escasa práctica en el país-.
Si lleváramos campañas de sensibilización y prevención contra las consecuencias del polvo en el organismo, ¿cuánta salud recuperaríamos y cuántas vidas humanas salvaríamos ?
Presumo que como se trata de un "enemigo invisible" como el Regolito o el polvo lunar, por eso en España no le ponemos ninguna atención, hasta que alguna autoridad internacional dé la alarma.
A poeira é uma realidade, mas como um inimigo invisível, mas palpável. Também em algumas áreas do Brasil é um problema.
ResponderEliminarMario