domingo, 16 de junio de 2024

España mutila la clase media en favor de las clases populares


Hay que felicitarnos. Tenemos el gobierno más progresista de la historia, y además feminista, ecologista, antifranquista, protector, sindicalista e igualitario desde que algunos usamos la razón. Gracias a Pedro Sánchez y a la coalición social-comunista los pobres son cosa del pasado. Ah no, que pese a tantas políticas sociales e iniciativas huecas la pobreza no ha dejado de subir como la espuma.


Tanto que gustan recordar a Franco y compararse con él (en vida y muerte zozobrosa en El Escorial), resulta que las clases medias van menguando a una velocidad vertiginosa y están siendo sustituidas por las clases populares, vigentes hace un siglo. Eran tiempos de la II República, la guerra civil y la primera década de la dictadura franquista.


Menos mal que con la Democracia pudo llegar la prosperidad hasta que nos topamos con la actual coalición de gobierno. El social-comunismo se ha juntado con las ideologías más exquisitas del momento (desde la ultraderecha catalana, hasta radicales golpistas, comunistas de pacotilla amantes del lujo privado, pasando por terroristas trotskistas y simpatizantes antisemitas) para defender supuestamente a los trabajadores y lo único que consiguen es que pese a la creación puntual de empleo (estacional), mantiene intacto  el ranking europeo desde hace 6 años de paro general (así como más específicamente de paro juvenil, femeninio, de larga duración y mayores de 50 años; elijan la opción preferida). 

Por si fuera poco, la falta de políticas activas mantiene elevados los índices de precariedad laboral, falta de acceso a la vivienda, inflación y graves dificultades  para llegar a fin de mes por parte de los trabajadores. Osea que la otrora clase media del pasado está mutando a las clases populares que creíamos extinguidas del pasado porque no se acierta en el reparto de la riqueza pese a la presión fiscal, la policrisis que nunca concluye, a la existencia siempre de un agente externo aparente que lo impide, cuando no los casos de corrupción en el Gobierno y familiares o los bulos enfangados que desvía de órbita el cohete económico lanzado por el gobierno desde Cabo Tezanos.

Es así que los índices de pobreza en España y riesgo de exclusión social según las últimas estadísticas afectan ya hoy en día  al 27% de la población española, sólo superado por Rumanía y Bulgaria en la UE. Es decir,  casi una tercera parte de los españoles (algo más de 13 millones) consignan dificultades para dormir tranquilos, costear un imprevisto, pagar sus gastos corrientes entre ellos la vivienda y dar de comer a sus miembros a lo largo de los 30 días del mes.


Si en tiempos de la II República y la guerra civil que emprendió Franco en España hasta antes del plan de estabilización en los años 60, la clase media era más bien insignificante, la llegada de la Democracia logró con mucho esfuerzo que representara el 60% en sus mejores cotas. 


Desde que la coalición multicolor gobierna España (muy dada a los auto-elogios y España va como una moto, como un cohete), lo cierto es que las cifras no dejan lugar a dudas. Hay fuentes que sitúan la clase media española actualmente en el 25% de la población y las clases populares (obrera) en el 45%. En Europa el promedio es justo más o menos a la inversa. 


Lo inexplicable no es la falta de recursos ni fondos europeos, sino la falta de una estrategia coordinada que dé sus frutos más allá de la propaganda. Es cierto que la corrupción política distrae y retrotrae por mucho que se culpe a una derecha y una extrema derecha que no gobiernan sino observan desde la oposición. La llegada inminente de la IA no augura nada bueno para la paupérrima clase trabajadora en retroceso, camuflándose con más gasto público improductivo. @IgnacioSLeon


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